Valor social del pelo: “Me rapé en cuarentena”

Hoy me siento despeinadx. Me levanté con los pelos hechos un desastre, casi como si hubiera agarrado una batidora y revuelto mi cabeza. Hoy me siento despeinadx. No puedo salir así a la calle, ya intente con 3 productos que encontré en casa pero no hay caso. Hoy me siento despeinadx. Mi cabeza está hecha un lío, me da vergüenza ver a alguien así, quizá con una colita o un gorro lo disimulo. 

Hoy me siento despeinadx. Hoy no quiero salir de casa. Hoy mi mente sólo piensa en mi pelo. ¿Será que mi pelo representa mi humor? Pero si hoy me levanté de re buen humor, mi pelo no tiene derecho a cambiarme el día. 

¿Qué lugar le damos al pelo en nuestra sociedad? 

El valor social otorgado al pelo fue cambiando a lo largo del tiempo, fluyendo a través de las culturas y construyéndose a través de nuestras creencias. Sería muy difícil reducir la simbología del pelo a una sola cuestión, algunxs personas la relacionan con la orientación sexual, para otrxs refleja el estatuto social o la edad, también se lo suele asociar con cuestiones de género, sensualidad, intimidad, empoderamiento, y además como un símbolo de liberación. 

No es nada nuevo estar hablando acerca de qué representa el pelo socialmente, sin embargo, a la luz de los movimientos que nos invitan a repensarnos en una cultura rodeada de estereotipos y mandatos sociales, comenzó a desprenderse en el contexto de pandemia, un movimiento de mujeres que decidieron raparse la cabeza en el periodo de cuarentena. Este movimiento comenzó a circular a través de la redes sociales con un mensaje, en la mayoría de los casos, de liberación de ciertos miedos construidos a través de los mandatos sociales. Cientos de mujeres compartieron su historia acerca de por qué decidieron raparse, cuáles eran sus miedos previos a hacerlo y pusieron en cuestión qué simboliza el pelo social e individualmente. 

Una de estas mujeres fue Vera Ferrari, quien cuenta en su video de Youtube “Me rape en cuarentena y me arrepiento”, dos de las principales razones por la cual las personas comenzaron a raparse en cuarentena: aburrimiento y ausencia del ojo humano y su respectivos juicios y prejuicios. Centrándonos en la segunda razón que explicita Vera, y que cientos de mujeres colocan sobre la mesa, es relevante preguntarnos, ¿qué lugar y qué peso le otorgamos a la mirada de lxs otrxs? 

Gentileza: Pexels.

Aunque en los tiempos actuales circula y nos atraviesa el discurso que propone “olvidarnos de la mirada ajena y amarnos como somos”, sería ingenuo olvidarnos que vivimos insertxs en una sociedad.

Es así, como se vuelve evidente que las opiniones y las miradas ajenas van a seguir despeinando nuestros pensamientos e ideales, y que queda en nuestro lugar, lograr desenredar el peso de estas miradas y aprender a peinarlas con las nuestras. Y quién sabe, quizá algún día, ese peso podamos raparlo.

Nota escrita por: Iara Posniak.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *